lunes, 26 de junio de 2006

Al rescate del Consejo Nacional de la Judicatura

Por el Imperio del Derecho / Centro de Estudios Jurídicos


El Salvador fue sede de la reciente XLII Conferencia de la Federación Interamericana de Abogados y podemos asegurar que fue un éxito y una oportunidad muy bien aprovechada para intercambiar conocimientos y credenciales con colegas del continente americano. Con ellos compartimos, entre otras, preocupaciones sobre seguridad jurídica, calidad de la justicia, institucionalidad y necesidad de adaptarnos a las nuevas realidades que impone el marco económico internacional, para fortalecer y controlar adecuadamente la formación profesional de los abogados.


De manera especial, la delegación argentina solicitó que se tratara el tema del Consejo de la Magistratura de su país que, según explicaron sus representantes, ha sido tomado por el poder político mediante una reforma legal que redujo el número de sus miembros, menoscabando la esencia de la institución que es preservar la independencia judicial. No vamos a entrar en detalle sobre el caso argentino, pero es importante comentar que la mayoría de los colegios de abogados prestigiosos se ha solidarizado e incluso presentado recursos ante tal reforma legal atentatoria. En El Salvador, recientemente solo ha habido reforma legal para ampliar el plazo de los consejeros, pero antes de ello, el Consejo Nacional de la Judicatura ya había perdido su independencia, como lo hemos explicado en otros artículos y es del conocimiento público, pero en este país, solo nuestra asociación ha protestado.


En una excelente ponencia durante la conferencia de la FIA, se expresó que tres de los pilares que dan base a la existencia de la seguridad jurídica son: la estabilidad institucional, la capacidad de producir normas y la calidad de la justicia. Coincidimos con tal planteamiento y por eso es que estamos preocupados por nuestro Consejo Nacional de la Judicatura, que tiene encomendado por la Constitución participar en la selección del recurso humano que decide con sus sentencias lo que corresponde a cada quien. Nos preocupa también que la investidura del juez no se respete.


Estamos próximos a una nueva elección de consejeros que representarán el sector de docentes universitarios en el CNJ. Los abogados que resulten electos tendrán que actuar fieles a la Constitución, compenetrados con los antecedentes históricos de los consejos de la magistratura, con su normativa y reconociendo el contexto nacional e internacional. Deberán enfocar sus esfuerzos en la consolidación de la independencia institucional, conscientes de que el cumplimiento de las funciones de selección, capacitación y evaluación judicial es trascendental para que el sistema de administración de justicia funcione como es debido. Tendrán que ser garantes de la independencia judicial y del respeto que merece la investidura de juez. Deberán esmerarse en la formación académica, teórica, práctica y ética de los jueces, tanto en su formación inicial, como en su capacitación continuada y especializada. Deberán llevar a cabo evaluaciones de los jueces, con el principal propósito de fortalecer sus debilidades, de detectar sus necesidades y de medir hasta donde sea posible su rendimiento y su idoneidad, reconociendo méritos o recomendando remociones para quienes lo ameriten. Integrar ternas con las personas idóneas para que la CSJ elija. Colaborar con el control social de la administración de justicia, siendo accesibles a los medios de comunicación y atendiendo las denuncias de la ciudadanía. Administrar el presupuesto de manera honrada, eficiente y eficaz. Velar por el recurso humano al interior de la institución y rescatar el ambiente laboral de armonía, equilibrio y mística.


Esperamos que los diputados elijan basándose en el currículo de los candidatos, y que de manera prioritaria se cercioren de que podrán ser consejeros independientes, si es que se quiere rescatar el CNJ.

lunes, 19 de junio de 2006

Reunión internacional de abogados en nuestro país

Por el Imperio del Derecho / Centro de Estudios Jurídicos


A partir de este día, los abogados de las Américas celebramos en El Salvador un evento de suma importancia para todo el continente: la XLII Conferencia de la Federación Interamericana de Abogados (FIA).


La FIA es una asociación fundada en 1940 por un grupo de abogados que representaban a 44 organizaciones profesionales de 17 países del Hemisferio Occidental. Es un foro profesional independiente dedicado al intercambio de informaciones para apoyar el Estado de Derecho. El Centro de Estudios Jurídicos se enorgullece de ser la asociación salvadoreña de abogados miembro de la FIA.


La serie de actividades que comienza este día incluye la presentación y discusión de materias de derecho constitucional, administrativo, civil, procesal civil, derecho del desarrollo y la integración, educación legal y administración de justicia. Los temas más llamativos del evento se refieren a la corrupción y el lavado de dinero, la colegiación de abogados, la resolución alternativa de controversias, banca y bolsa, garantías jurisdiccionales en el proceso penal, contaminación de recursos hídricos, protección de derechos humanos, etc. Serán ponentes abogados salvadoreños en el libre ejercicio y un grupo de notables juristas internacionales.


Para el gremio resulta esencial este tipo de eventos, pues para quienes están muy dedicados a su trabajo privado o en puestos del servicio público, estas reuniones de carácter académico y profesional ofrecen una oportunidad para mantenerse al día en el pensamiento jurídico nacional y de otros países.


Es una oportunidad para hacer contactos con abogados del continente y conocer los nuevos retos que ha producido y producirá el libre comercio. Los abogados debemos conocer y comprender nuestra realidad nacional, pero no podemos dejar de lado nuestra pertenencia a la región y al mundo. Nuestras leyes e instituciones no pueden quedarse en el primitivismo de otros tiempos, ni en el conformismo del tercermundismo, ni tampoco acudir a vías aparentemente fáciles pero que complican radicalmente el sistema democrático diseñado por nuestra Constitución.


La educación legal debe avanzar y superar los grandes desastres salvadoreños. El problema de los títulos falsos que escandalizó a los ciudadanos honrados hace muy poco tiempo no puede ser olvidado por los funcionarios ni por la sociedad. Especialmente, las instituciones educativas dedicadas a transmitir conocimiento jurídico están obligadas a asegurar estándares de calidad en los que debe mejorar la inversión en herramientas bibliográficas, tecnología de internet e intercambio de imágenes y datos, espacios físicos de práctica, oratoria y redacción en castellano e inglés, organización y personal suficiente, planteles de profesores con experiencia práctica y académica, intercambio internacional para profesores y estudiantes, inversión en investigación, etc.


Las oficinas públicas responsables de la autorización y control de instituciones educativas deben asumir con responsabilidad sus funciones y asegurar que solo las instituciones de primer nivel ofrezcan carreras para la formación de abogados. Si los programas y el desarrollo de los estudios de Licenciatura en Derecho ya presentan profundas deficiencias en algunas instituciones, los programas de posgrado que ahora abundan deberían ser vigilados para evitar la entrega de títulos de máster y doctor que no llenan los estándares internacionales adecuados.


Parte del diseño del Estado debe ser orientar la educación en función de las posibilidades y necesidades de la economía nacional. La titulación masificada y autorización de grandes cantidades de abogados son negativas para la calidad de la carrera, causa frustración a los nuevos graduados y perjudica a los clientes. Es necesario planificar la apertura de espacios laborales a carreras técnicas de apoyo al trabajo legal como la administración de tribunales, seguridad de tribunales, investigación criminal para fiscales, psicología y sociología criminal, criminología, estadística criminal, patología, etc.


El CEJ da la bienvenida a los juristas hermanos e invita a los colegas a sumarse a esta máxima celebración del gremio.