Centro de Estudios Jurídicos / Por el Imperio del Derecho
Con el reciente fallecimiento del doctor José Enrique Silva, el foro, la academia y la cultura nacionales han perdido uno de sus más ilustres exponentes.
Nacido en Ahuachapán, hace setenta y nueve años, del hogar formado por el doctor José Luis Silva y doña Aída Góchez de Silva, desde muy temprano dio muestras de su vocación por las ciencias y las letras. Se graduó como primer bachiller de la república, y su aplicación en los primeros años en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador no le impidió cultivar intensamente la poesía, género en el cual escribió hermosos sonetos.
Como estudiante universitario, se distinguió siempre en los primeros lugares de su curso y en los certámenes de oratoria. Fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho (AED) y secretario de la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS), y se graduó con honores el año mil novecientos cincuenta y nueve. Recién graduado, fue juez de lo Penal de Sonsonate y, más tarde, director general de Centros Penales.
En el ejercicio de su profesión, participó con éxito en casos criminales de gran resonancia nacional. Sus amplios conocimientos del Derecho Penal le permitieron participar en numerosos congresos internacionales, y formó parte de la comisión que redactó el Código Penal Tipo para América Latina.
Desde muy temprano, fue columnista y colaborador de LA PRENSA GRÁFICA sobre todo en su página literaria dominical, y fue director de Vida Universitaria, prestigiosa revista académica. Sus estudios lo fueron encaminando a lo que después sería su especialidad, el Derecho Penal, rama en la cual fue profesor de múltiples generaciones que asistían entusiastas a sus clases. En esa rama escribió valiosas obras y apuntes de clase que eran y siguen siendo muy demandados por los alumnos. Por sus méritos, llegó a ser vicedecano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, en el período 1967-1970. Cultivó la historia, y fue vicedirector de la Academia Salvadoreña de la Historia.
Fue también tesorero de la Academia Salvadoreña de la Lengua correspondiente de la Real Academia Española. En el ejercicio profesional, fue un eficiente abogado bancario, especialmente vinculado con el Banco Agrícola Comercial, el cual publicó sus importantes obras sobre moneda y banca, que son referencia obligada para la investigación en esta materia.
Como funcionario público, fue ministro de Justicia, ministro de la Presidencia y magistrado de la Corte Suprema de Justicia, elevadas funciones que desempeñó con singular eficiencia.
En fin, las actividades en que se ocupó el doctor José Enrique Silva fueron múltiples, y todas de gran categoría. Fiel a su vocación, a la hora de su fallecimiento ocupaba la cátedra de Derecho Penal y era fiscal general de la Universidad Dr. José Matías Delgado.
Aparte de sus actividades publicas, el doctor José Enrique Silva supo ser siempre un caballero. Afable de carácter, servicial, gozó del aprecio de sus compañeros y amigos y de quienes tuvieron la suerte de disfrutar de su trato cordial.
Su infatigable disposición para el trabajo, y el amor de sus hijos y nietos, le permitió sobrellevar la temprana pérdida, hace diecisiete años, de su querida esposa, doña Zoila Ninfa Martínez de Silva, quien dejó en él un vacío permanente, hasta el final de sus días.
El Centro de Estudios Jurídicos lamenta profundamente su sensible fallecimiento, pues a sus incontables méritos unió el de ser fundador de esta asociación.
Y al presentar su más sentida condolencia a sus hijos José Enrique y Claudia, a su yerno don Tomás Guirola, a sus nietos, a su hermano Antonio, y a toda su familia, se une al duelo nacional ocasionado por el deceso de uno de sus mejores hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario