lunes, 8 de marzo de 2010

El CNJ tocó fondo

Centro de Estudios Jurídicos / Por el Imperio del Derecho


Tres de los pilares para que exista la seguridad jurídica en un país son la estabilidad institucional, la capacidad de producir normas y la calidad de la justicia. Especialmente respecto de esta última premisa, estamos preocupados por el Consejo Nacional de la Judicatura, que tiene encomendado por la Constitución participar en la selección, capacitación y evaluación de los jueces y magistrados.


Estamos próximos a una elección de los consejeros que representarán el sector de Abogados en Ejercicio Libre de la Profesión, del Ministerio Público y de los Jueces, en el Pleno del CNJ (su órgano rector). Sin embargo, la antesala a esta próxima elección es muy preocupante.


Como bien se ha expresado con valentía, en el medio judicial, el CNJ tocó fondo. Esta expresión no debe interpretarse en forma positiva, como cuando se halaga a una institución por haber tocado el fondo de lo que le compete ejecutar. Por el contrario, decimos que el CNJ tocó fondo, porque se encuentra sumergido bajo una pésima dirección por parte del Pleno del Consejo.


Sin entrar en mayores detalles, es que nadie y nada pueden justificar las actuaciones de los consejeros (a excepción de la Lic. Margarita Romagoza de López Bertrand). Las muestras indicadoras de que para ellos ha prevalecido su interés personal, antes que el interés institucional, es fácil recordarlas: Los consejeros a base de “negociaciones” consiguieron reformar la ley del CNJ para prolongar su periodo de funciones, aumentándolo de 3 a 5 años, así como para poder ser reelectos. Ya que habían conseguido esto, lo razonable y esperado era que pusiesen de manifiesto su voluntad de concluir su cargo por el periodo de los 5 años. Esto no fue así, tres de los consejeros se incorporaron en la lista de candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Una barbaridad ética y jurídica que creó una situación de caos institucional a escala nacional. Se ha conocido en estos días el interés de tres consejeros de buscar una reelección.


Con este desempeño, es innegable que la esencia de la Institución: preservar la independencia judicial nunca fue una de las preocupaciones de su actual dirigencia, con la salvedad mencionada.


En nuestro país el CNJ ha perdido su independencia, por lo que es menester que los abogados que resulten electos para el cargo de consejero tendrían que: actuar fieles a la Constitución, enfocar esfuerzos en la consolidación de la independencia institucional, conscientes que el cumplimiento de las funciones de selección, capacitación y evaluación judicial es trascendental para que el sistema de administración de justicia funcione debidamente. Tendrán que ser garantes de la independencia judicial y del respeto que merece la investidura de juez. Deberán esmerarse en la formación académica, teórica, práctica y ética de los jueces, tanto en su formación inicial, como en su capacitación continuada y especializada. Deberán llevar a cabo evaluaciones de los jueces, con el principal propósito de fortalecer sus debilidades, de detectar sus necesidades y de medir hasta donde sea posible su rendimiento y su idoneidad. Muy importante será integrar ternas con las personas idóneas para que la CSJ elija. Colaborar con el control social de la administración de justicia, siendo accesibles a los medios de comunicación y atendiendo las denuncias de la ciudadanía. Administrar el presupuesto de manera proba, eficiente y eficaz. Velar por el recurso humano y rescatar el ambiente laboral de armonía, equilibrio y mística, lo cual se ha perdido y los empleados del CNJ se vieron en la necesidad de constituir un sindicato.


Esperamos que para esta futura elección no sean candidatos las personas que ya han dado claras muestras de haber actuado contra la Constitución y contra la ética, si es que se quiere rescatar el CNJ en función de un sistema de administración de justicia confiable.

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