Centro de Estudios Jurídicos / Por el Imperio del derecho
Este sábado 7 de marzo en los centros judiciales de las catorce cabeceras del país, cada abogado autorizado podrá ejercer su voto hasta por quince de los candidatos a magistrado de la Corte Suprema de Justicia, que han sido propuestos por las diferentes asociaciones de abogados.
El privilegio de votar para nombrar candidatos es en función de la confianza que las instituciones le han dado a los profesionales del Derecho para que representen a los ciudadanos, quizás pensando en que somos nosotros los que deberíamos conocer los problemas y necesidades de la Corte Suprema y el Órgano Judicial; igualmente a quienes nos consta la trayectoria, conducta y atributos de los diferentes candidatos. Por lo tanto, la responsabilidad de votar debe llenarnos de satisfacción y comprometernos a cumplir con dicho encargo de manera seria y reflexiva.
En elecciones pasadas han sido pocos los participantes, teniendo en cuenta que solo han acudido a votar aproximadamente 6,000 profesionales. Hoy existen casi 18,000 abogados autorizados; ojalá aumente el número de asistentes. Las razones se desconocen a ciencia cierta, pero pueden ser variadas: emigración a otros países, no tener información del evento, por enfermedad o incapacidad, no tener voluntad de participar por priorizar otras actividades, compromisos o por no tener confianza en el proceso, etcétera.
Sobre el descrédito del proceso, es una buena noticia que vaya a existir observación pública. Así se anunció por el Presidente de la Federación de Asociaciones de Abogados de El Salvador, quien en un evento en Santa Ana invitó a la Procuraduría General de Derechos Humanos a observar el proceso y garantizar así mejores condiciones del mismo.
Es probable también que muchos crean que el nombramiento de nuevos magistrados no va a contribuir a mejorar la justicia. Igualmente algunos jóvenes abogados pueden pensar que el nepotismo y el tráfico de influencias los han marginado o que los problemas judiciales son tan profundos que no pueden ser superados en una elección. Sin embargo hemos sostenido que al lado de los buenos proyectos debe haber excelentes personas y profesionales. El Centro de Estudios Jurídicos ha presentado candidatos capaces, transparentes y con un proyecto común, que tienen voluntad de construir, mejorar la justicia, influir y trabajar con los magistrados ya nombrados, para resolver precisamente esos problemas que falta atender o cuya solución es más complicada. No hay que dejarse vencer sin darse la oportunidad de participar y responder a los ciudadanos, al menos haciendo algo: votando. Precisamente el no hacerlo es dejar en manos de unos pocos las decisiones que nos corresponden. Si percibimos mal el trabajo del máximo órgano judicial, esa idea debe convertirse en la voluntad de construir una Corte Suprema viva y protagónica. Debemos hacer de la justicia un ejercicio básico de la ciudadanía y para ello los abogados y abogadas somos parte importante de su arquitectura.
El Centro de Estudios Jurídicos es una de las más antiguas asociaciones de abogados de carácter independiente, cuyos miembros se han caracterizado por trascender en los diversos retos que la vida nacional plantea a los abogados de nuestro país. Pretendemos ser profesionales con diversos puntos de vista jurídicos, pero estrechamente ligados para participar y defender la honradez, la independencia, la capacidad y una sana administración de justicia.
Queremos una CSJ independiente, eficaz y transparente. Los candidatos que propone el Centro de Estudios Jurídicos provienen de diferentes actividades, representan diversas corrientes de pensamiento jurídico, pero coinciden en esas propuestas positivas. Ellos son: Doris Luz Rivas Galindo, Ana Guadalupe Zeledón Villalta, Mario Castaneda Valencia, Martín Rogel Zepeda, Rodolfo Ernesto González Bonilla, Mario Enrique Sáenz, Edward Sidney Blanco Reyes, Florentín Meléndez Padilla, José Mauricio Rodríguez Flores y Roberto Antonio Arévalo Ortuño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario