Tareas pendientes del Órgano Judicial

Centro de Estudios Jurídicos / Por el Imperio del Derecho

“El funcionamiento correcto del sistema democrático necesita de un Órgano Judicial fuerte e independiente cuyo rendimiento sea percibido por los ciudadanos como eficiente y justo”, se afirma en el estudio “Institucionalidad, Diálogo Democrático y Políticas Públicas”, preparado por FUSADES, UNDEF y PNUD. En efecto, un poder judicial sólido e independiente genera confianza y seguridad, estimula la economía y es pilar fundamental del estado de derecho.

En nuestro país ocurre lo contrario: el poder judicial no goza de credibilidad ni de confianza de la ciudadanía, la administración de justicia es calificada como deficiente.

Toca a la nueva Corte Suprema de Justicia asumir grandes retos y resolver grandes problemas. Enunciamos algunos a continuación:

1) Defensa de su independencia: Esta ha sido amenazada constantemente; han existido situaciones en que los otros poderes o los partidos políticos han logrado quebrantarlas, al injerir directa o indirectamente en sus actuaciones; la Corte está obligada a defender su institucionalidad y velar por la dignificación de la figura del juez.

2) Idoneidad del recurso humano: Un juez es un guardián del orden y para que inspire respeto debe ser capaz y honesto; la debida selección, formación y evaluación de los jueces, que comparten el Consejo Nacional de la Judicatura y la Corte, es el punto más importante y urgente.

3) Corrupción: Se atribuye al Órgano Judicial en alto grado y debe erradicarse.

4) Acceso a la justicia: Va desde acercarse al tribunal hasta concluir un debido proceso; la justicia debe ser pronta y cumplida, pues si llega tarde no es justicia.

5) Mora judicial, distribución de la carga jurisdiccional y de recurso: Hay muchos juzgadores sin gran sentido de responsabilidad y urgencia; existen tribunales que durante un lapso de seis meses conocen solo un caso, mientras que otros han rebasado su capacidad; hay tribunales que no tienen los recursos materiales y humanos para trabajar.

6) Relaciones laborales entre los juzgadores y empleados: Un conflicto en este contexto es capaz de paralizar la administración de justicia y no existe un marco legal e institucional adecuado para tratarlo.

7) Régimen de suplencia: El sistema actual es insuficiente, complicado y oneroso.

8) Fortalecimiento del Departamento de Investigación Judicial: Es urgente atender si se pretende combatir la corrupción judicial; también interesa a los juzgadores, pues muchos jueces son excluidos de ascensos debido a denuncias pendientes de resolver, algunas de varios años atrás.

9) Control de la abogacía y el notariado: Es indispensable el fortalecimiento de las secciones correspondientes; la Corte tiene la base legal suficiente para ejercer un verdadero control, pero le ha faltado voluntad.

10) Revisión del procedimiento de antejuicio para evitar impunidad: El antejuicio no debe ser un blindaje de la corrupción; debe ser revisada la legislación vigente.

11) Fortalecimiento de la Sección de Probidad: Es necesario devolverle las funciones que la ley establece, lo que es necesario para evitar la corrupción, impunidad y enriquecimiento ilícito en toda la administración pública.

12) Organización de las funciones administrativas: La Corte debe dedicar su tiempo con prioridad a impartir justicia.

13) Liderazgo de la Comisión Interinstitucional del Sector Justicia: Esta instancia, que reúne a todas las instancias involucradas en la administración de justicia, debe funcionar efectivamente, tras años de inactividad; especialmente debe preocuparse por la elaboración de políticas de prevención del delito.

No pretendemos proponer a la nueva Corte un plan de trabajo y sabemos que los problemas que enfrentan son tantos y tan grandes que no esperamos soluciones inmediatas, pero debemos señalar los puntos que nuestra asociación y el pueblo salvadoreño que confía en la justicia, considera urgentes. Hemos luchado y esperado tanto tiempo por una buena Corte Suprema de Justicia.